Barcelona es una de las ciudades más cosmopolitas y versátiles del mundo, con atracciones para todos los gustos que suelen dejar a los turistas más que satisfechos en su paso por la capital catalana.
Y es que Barcelona no solo es la ciudad en la que el gran Gaudí construyó sus obras más emblemáticas, sino que además es un espacio en el que la arquitectura, el arte, el estilo y el buen gusto se fusionan con kilómetros de costa, alternativas deportivas y cientos de opciones para el disfrute de toda la familia. Pero además es una de las ciudades más maravillosas de Europa para hacer tus compras, y es que no hay quien se resista a comprar en Barcelona.
Centros comerciales en Barcelona
Centros comerciales con muchas opciones, calles pequeñas y estrechas que guardan sorpresas inesperadas a sus transeúntes, una calle comercial famosa mundialmente por albergar varias obras Patrimonio de la Humanidad junto con las tiendas más lujosas de la ciudad, rutas en las que se sitúan los locales más emblemáticos tanto españoles como internacionales. No cabe duda: comprar el Barcelona ¡es todo un placer!
Las mejores tiendas de Barcelona
Pasearte por las tiendas más lujosas de la ciudad disfrutando de la oferta de marcas tan importantes como Burberry, Tiffany & Co, Stella Mccartney, Louis Vuitton o una de las Apple Store más grandes del mundo, es posible en Barcelona, y es que la emblemática avenida Paseo de Gracia es el escenario en el que se encuentran todas estas maravillas, uno de los mejores lugares para comprar en Barcelona. Se trata de un punto neurálgico en la ciudad, fundamental para el catalán desde su diseño y construcción en el siglo XIX. No por nada Gaudí diseñó en ella dos de sus creaciones más famosas: La Pedrera y Casa Batlló, mientras que el reconocido arquitecto Lluís Domènech i Montaner destinó también esta vía para parte de su obra.
Las mejores calles para comprar en Barcelona
En la actualidad Paseo de Gracia es un punto de encuentro frecuente entre turistas y habitantes, pues en esta vía no hay solo tiendas o atracciones arquitectónicas importantes, sino que además abundan los bares, cafés y restaurantes en los que sentarse a descansar después de comprar en Barcelona.
Y es que la capital catalana es tan reconocida por su valor comercial que en la actualidad una de sus calles es considerada la más costosa de España, se trata de Portal de l’Angel, una avenida peatonal que goza del alquiler comercial más elevado del país. Ésta reúne un gran número de tiendas y en sus calles aledañas se encuentran varios cafés y pequeños restaurantes, convirtiéndola en un punto de encuentro importante para todos los que transitan por la ciudad debido a su ubicación céntrica y su cercanía con Plaza Catalunya.
Comprar en Barcelona incluye, como ya queda comprobado, un paseo por la historia de la ciudad, el encuentro con diversas obras arquitectónicas de grandes maestros catalanes y la oportunidad de deleitarse con lo mejor de la gastronomía local. Todo esto puede conseguirse en Rambla Cataluña, una de las vías más importantes de la ciudad. Este lugar reúne muchas de las tiendas antiguas y tradicionales de la ciudad que aún se mantienen, además de ser un espacio ideal para disfrutar de la comida catalana con varios de restaurantes reconocidos que bien merece la pena visitar.
Si se transita de la Diagonal hacia plaza Cataluña por esta vía, se puede empalmar con la otra rambla popular de esta ciudad: Las Ramblas, un paseo maravilloso que lleva al transeúnte desde Plaza Cataluña hasta Paseo Colon, el puerto de la ciudad. Pasando entre vendedores ambulantes, kioscos, locales comerciales, restaurantes y maravillas arquitectónicas como El Liceu, quien camina por las Ramblas no se puede resistir a su embrujo, mucho menos cuando al fondo nos espera el mar.
Pero no hay que ir solo al centro de la ciudad para poder comprar en Barcelona, los varios centros comerciales de la ciudad y las muchas calles de barrios populares y encantadores como el de Gracia, están llenas de ofertas para quien desee disfrutar de todo tipo de productos o servicios, y es que en definitiva no hay nada ¡pero nada! que no se consiga en esta magnífica ciudad.