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Las fotografías para bodas forman parte de reportajes nupciales exclusivos donde se recogen los momentos más emotivos. El amor se respira en el aire y eso hay que inmortalizarlo con imágenes que quedarán para el recuerdo. Las fotos para bodas en Sant Cugat del Vallès son la mejor forma de recordar con mayor nitidez aquellos momentos valiosos.
Seguro que en tu corazón seguirán intactos por siempre. Sin embargo, ciertos detalles, miradas cómplices, besos y gestos los tendrás impresos por siempre en un álbum que perfectamente podría titularse «El día más feliz de mi vida».
El primer encuentro ante el altar, el momento de dar el «sí, quiero», el primer baile o el abrazo más sincero. Merece la pena recordar todo aquello y guardarlo por siempre en nuestra memoria. Los instantes más bellos quedarán registrados en estos reportajes para bodas en Barcelona y solo hay que echar un vistazo cada vez que quieras volver allí.
¿Quién es Carme de Olazabal?
Carme de Olazabal es fotógrafa de bebés en Barcelona y también cubre todo tipo de eventos especiales como bodas o comuniones. Es una apasionada de su trabajo y cuenta con una gran experiencia a sus espaldas.
Tal y como ella misma afirma, cuida hasta el más mínimo detalle para que todo salga perfecto y sus fotografías rebosan naturalidad. Las personas que trabajan en lo que les gusta son unos privilegiados y Carme es una de ellas. Le encanta su trabajo y por eso prepara cualquier proyecto como si fuera el único.
El estilismo y la iluminación son claves fundamentales en su trabajo, algo que cuida con mucho mimo. A petición del cliente también es posible retocar cada una de las imágenes hasta dar con el mejor resultado.
En un primer momento, parecía interesarle el mundo del Derecho, pero dio un giro a su vida y en 2014 abrió su propio estudio en el centro de Sant Cugat. Tras formarse en la profesión, se especializó en fotografía infantil y para toda la familia, trabajo que sigue desarrollando junto a otras actividades. Además, recibe apoyo de diferentes profesionales del sector, todo depende del trabajo en cuestión: vídeo, edición, maquillaje, etcétera.
Cómo hacer para que ese día permanezca en el recuerdo
El día de tu boda será el día más importante de tu vida, sino el que más. Un tiempo antes del gran acontecimiento es necesario prepararlo todo para que ese momento resulte perfecto. Entre todos los preparativos está el de buscar un equipo profesional de fotografía y video para plasmarlo todo con detalle.
Hacer un reportaje de boda en Sant Cugat con Carme de Olazabal es algo muy especial. Esta profesional del mundo de la fotografía pone todos sus sentidos en alerta para no perderse detalle. Es importante inmortalizar todo momento mágico, cuidando o no de los pequeños detalles, porque la espontaneidad también es algo muy apreciado.
A la hora de hacer un buen reportaje de boda hay que concretar ciertos aspectos. Carme de Olazabal ha de conocer los detalles del evento y estar informada en todo momento de los posibles escenarios. Para hacerlo, ella misma recomienda hacer varias visitas y dejarlo todo bien cerrado para que el reportaje sea atractivo y refleje el carácter de los novios.
Tal y como afirma esta profesional de la fotografía, lo conveniente es hacer una sesión de fotos preboda. De esa manera, lo que se consigue es que la pareja se familiarice con la cámara y se encuentre relajada el gran día. Además, es otro bonito recuerdo que permanecerá por siempre.
Reportajes de fotos auténticos en Sant Cugat
Los reportajes de fotos para bodas suelen comenzar con una breve visita a las casas de los novios. Aquí se llevará a cabo una sesión individual y tanto el novio como la novia posarán solos y con sus familiares.
Es importante inmortalizar estos momentos anteriores, donde la ilusión y los nervios son más que evidentes. Es una manera para comenzar a relajarse y dejarse llevar. De los hogares de los novios hay que trasladarse al lugar de la ceremonia, ya sea civil o religiosa.
Se trata de uno de los acontecimientos más memorables al que hay que prestar especial atención. Los sentimientos fluyen de forma espontánea y todos los presentes se dejan llevar por la emoción, siendo prioritario inmortalizarlo todo.
Los recién casados necesitan un momento de serenidad para ser conscientes de lo que acaba de suceder. Es algo que también ha de recoger la cámara. La pareja se merece un espacio íntimo y personal para desconectar de todo, tal y como si estuvieran solos en el mundo.
Después de esto queda la celebración, el hecho de poder disfrutar en familia de su felicidad. El banquete y el baile son momentos irrepetibles, donde los invitados toman un protagonismo importante. Las risas, la diversión y la emoción de este día especial formarán parte también del mejor álbum de boda que puedas tener.
Los pequeños detalles, los que más cuentan
Es inevitable. Nos movemos por impulsos y muchas veces la naturalidad es la mejor arma del fotógrafo a la hora de hacer las mejores fotos. El profesional ha de hacer un trabajo meticuloso y, no solo ha de ser habilidoso con la cámara, sino disponer de una sensibilidad especial para captar momentos únicos.
Una flor, un muñeco, un color, una sonrisa, cualquier detalle formará parte del recuerdo y el fotógrafo ha de estar al quite para recogerlo absolutamente todo. Es la función de Carmen de Olazabal, mimetizarse y confundirse entre los invitados para plasmar momentos mágicos y especiales.